Existen muchos mitos e historias alrededor de las pulseras fluorescentes. Al cabo de un mes, son muchos los clientes que nos escriben un correo electrónico preguntándonos sus dudas acerca de este producto que tanto gusta en fiestas y eventos nocturnos. Entre ellas, la más recurrente tiene que ver con la toxicidad de las pulseras luminosas y su papel contaminante en el medio ambiente. Al tratar de forma diaria con las barritas luminosas desde hace muchos años, tenemos los conocimientos suficientes para contestarte todo lo que quieras saber acerca de su fabricación, composición y especificaciones técnicas.
Procedencia de las barritas luminosas
Aunque en nuestro país están presentes desde la década de los años 90, en los Estados Unidos disfrutan de ellas desde aproximadamente los años 70. En esta época se encontraba en pleno apogeo el movimiento contracultural y pacifista hippie, subcultura que heredó valores de la Generación beat y del naturismo alemán. Aunque realmente, aquellos que lo utilizaron en un primer momento fueron las fuerzas armadas y equipos de salvamento por convertirse en una herramienta muy válida para hacerse ver en un terreno complicado y peligroso en muchas ocasiones. Las barritas fluorescentes tienen varias calidades, siendo la más alta la de supervivencia, ideal para señalizar un lugar, camino o zona específica. Poco a poco se le ha ido dando una forma más ociosa convirtiéndose en un fijo en fiestas neón.
¿Por qué las pulseras luminosas no son tóxicas?
En ocasiones las preguntas se deben hacer a alguien que sepamos que controle del tema del que se quiera profundizar. A menudo damos respuestas sin profundizar, algo que no hace otra cosa que despistar a los que buscan una respuesta veraz. Todos los productos que ves en el catálogo de Pulseras LED han pasado exhaustivos controles de calidad. Somos una empresa que cumple con todas leyes impuestas en esta clase de productos a nivel mundial. No sería posible comercializarlos sin todos los permisos que se deben pasar en productos que funcionan con una reacción química denominada quimioluminiscencia.
Composición de las pulseras luminosas
A pesar de la complejidad en sus nombres, las barritas fluorescentes están formadas por componentes sencillos tales como peróxido de hidrógeno, un éter de fenil oxalato y un tinte fluorescente concreto que es el encargado de otorgarle el color deseado. En nuestro catálogo tenemos barritas neón en siete colores diferentes: rosa, rojo, verde, amarillo, azul, blanco, naranja y morado. Si para tu próximo evento necesitas una selección de varios, recuerda marcar la opción ‘Variados’ en la web para que seamos nosotros los que elijamos por ti.
Para activar las pulseras luminosas solo deberás doblarlas ligeramente hasta oír un chasquido. En ese momento sabremos que el cristal en el que e aloja el activador de la pulsera se acaba de romper y está entrando en contacto con la otra sustancia. El brillo comenzará intensamente a aparecer, por lo que deberemos hacer lo mismo a lo largo de toda la pieza y disfrutar de su versatilidad poniendo un conector clásico o formando pelotas y flores fluorescentes con los conectores circulares. Agítalo para que esto ocurra.
¿Se puede romper la pulsera luminosa?
En alguna que otra ocasión, al proceder a doblarla hacemos una presión mucho mayor de la necesaria y la pulsera luminosa se rompe. Si el líquido de su interior sale, es aconsejable que no toque la piel. Si pasa, no ocurrirá nada que no se pueda solucionar aclarando la zona afectada con agua y jabón abundante.
Recordemos que mucha gente considera el líquido del interior de la barrita como un elemento muy llamativo para decorar jarras y tarros de vidrio transparente. El proceso consiste en derramar el líquido del interior hasta que no quede nada en el cilindro. Te animamos a probar, solo si usas guantes para su preparación, a modo de decoración en tu próxima fiesta fluorescente.
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